Aunque la continua digitalización de la comunicación suele producir cambios radicales y nuevas formas de interacción o consumo, a veces nos sorprende reciclando fórmulas e ingredientes del pasado y presentándolas con renovadas vestimentas tecnológicas. Es el caso de las audioseries en formato de podcasts, y de una en particular, cuyas tres exitosas temporadas se estrenaron entre 2020 y 2022.
Cuando la mayor parte del mundo vivía en cuarentena por la pandemia del covid-19, desde Chile se lanzó en Spotify Caso 63, una serie de ciencia ficción basada en viajes en el tiempo y el inminente impacto de un virus desconocido capaz de eliminar a toda la humanidad en pocos años. La historia es una variante de Doce monos (película de mediados de los 90, protagonizada, entre otros, por Bruce Willis y Brad Pitt), y aunque es ingeniosa, adictiva y premonitoria (en algunos aspectos se adelanta a la evolución de la pandemia), lo verdaderamente novedoso radica en la manera como resucita más de un elemento de la radionovela, viejo formato radiofónico que había brillado antes de ser destronado (o sepultado) por la televisión.
¿Es posible que una gran mayoría de usuarios de Spotify, quienes por obvias razones cronológicas jamás han seguido una radionovela, se enganchen con una serie que solo se basa en voces, sonidos y música incidental? Absolutamente. Caso 63 ha liderado tendencias en materia de potcasts en Argentina, Chile, Colombia y México, y ha tenido versiones para Brasil, Estados Unidos e India.
Normalmente, las producciones exitosas viajan de norte a sur, del inglés al español o a cualquier otra lengua, pero Caso 63 subvierte este orden. Habiendo nacido en Chile, con una primera temporada de producción prácticamente doméstica (actores encerrados en sus casas, grabándose por su cuenta o interactuando vía Zoom), logró una rotunda internacionalización desde aquella romántica precariedad. ¿Cómo lo logró? La explicación no está en el proverbial ingenio latinoamericano que se sobrepone a limitaciones estructurales o se alimenta de ellas, porque las dos siguientes temporadas se realizaron con métodos profesionales. Lo atractivo de la trama es, sin duda, uno de los elementos importantes, sobre todo porque inserta, como si fuera una cuña, elementos fantásticos en una situación terriblemente vigente como la pandemia (por cierto, esta combinación de realismo y fantasía es tributaria de algunos célebres relatos de Cortázar). También son fundamentales el ritmo narrativo y la duración de los capítulos: las temporadas constan de diez episodios y cada uno de ellos –que invitan irremediablemente a escuchar el siguiente– no dura más de veinte minutos, y algunos incluso no pasan de quince.
Sin embargo, nada de ello hubiera podido convertir a Caso 63 en un suceso internacional sino fuera por la ubicuidad de una plataforma de streaming como Spotify. Ese sí es un elemento decisivo y un signo de estos tiempos, una nueva e impensada vuelta de tuerca a la antigua tradición de la radionovela. A diferencia de cualquier género dramático de la radio o la televisión convencionales, un podcast puede ser consumido por cualquier persona, en cualquier lugar del mundo y en el momento que desee. No hay fronteras ni horarios establecidos. Solo se necesita acceso a la plataforma y, para ello, basta con tener un teléfono inteligente entre manos. Atemporalidad, omnipresencia y tecnología de bolsillo. No es ciencia ficción, es la vida cotidiana.