La Organización Mundial de la Salud ha incluido, por primera vez en el 2022, al ‘burnout’ dentro de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados. Si bien este no es un síndrome nuevo, a raíz de la pandemia, se registró un gran incremento de esta enfermedad íntimamente ligada al estrés y la ansiedad entre jóvenes y adultos.
¿Qué es un ‘burnout’?
El término ‘burnout’ deriva del inglés “quemado”. Este hace referencia a la cronificación del estrés laboral, el cansancio físico y mental en un largo periodo de tiempo. De acuerdo al médico ocupacional Denny Molina, algunos de sus síntomas o ‘red flags’ pueden ser extrema fatiga, estrés, ansiedad, cambios de humor, dificultad para concentrarse, reducción de la productividad y efectividad, postergación de entregables, pérdida de motivación y creatividad, pérdida de interés, entre otros.
A su vez, si este mal no es tratado a tiempo, algunos de sus más nocivos efectos son la falta de sueño, fatiga extrema, depresión y ansiedad, necesidad de medicarse, problemas gastrointestinales y cardiovasculares (presión alta) y, en el peor de los casos, el ‘karoshi’ (muerte por exceso de trabajo y estrés).
‘Burnout’ vs creatividad
De acuerdo con Rahaf Harfoush, antropóloga digital y expositora de TEDX Talks, en una de sus últimas charlas “How burnout makes us less creative” (Cómo el burnout nos hace menos creativos), esta enfermedad surge principalmente debido a la obsesión y la sobreexigencia a uno mismo de realizar más labores día día. A su vez, esto puede causar los temibles bloqueos creativos, especialmente para aquellos que, como nosotros los comunicadores, necesita de esta capacidad para redactar, diseñar, entre otras acciones.
Por su parte, al ser la creatividad un intangible, un único concepto no sería suficiente para definirla. Para los comunicadores, la creatividad está íntimamente ligada con la espontaneidad; por tal motivo es necesario contar con espacios de tiempo para pensar en nuevas ideas y reflexionar acerca de la coyuntura. Esto, a su vez, propicia el surgimiento de ideas más creativas, novedosas y frescas, impactando directamente en la productividad laboral. Por ende, no es saludable llenar nuestra mente de quehaceres y otras funciones si no tenemos un instante de reflexión y descanso.
Pese a que, según la narrativa cultural de qué es y no es productividad, parezca algo absurdo poseer un espacio para descansar o reflexionar, nos hace infinitamente más productivos que laborar sin descanso y de forma permanente. En ese sentido, debido a la cantidad de quehaceres o exigencia, es esencial encontrar momentos que logren estimular la creatividad sin dejar de ser productivos o encontrar metodologías y escenarios para buscar inspiración e innovadoras ideas, tales como Gamestorming o el Márketing Lateral.
Estimular nuestra creatividad a través de instantes de reflexión permitirá lograr mejores resultados, pues, como menciona Albert Einstein “el cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender.”