La historia está plagada de acontecimientos que cambiaron su rumbo. Estos pueden haber sido positivos como la aparición de Internet o negativos como el atentado del 11 de setiembre. Aunque diferentes entre sí, el hilo conductor entre ellos es que se tratan de sucesos sorpresivos, de gran impacto socioeconómico y cultural que no fueron predecibles, pero sucedieron.
De esto va la teoría del cisne negro, desarrollada por el profesor y escritor libanés-estadounidense, Nassim Taleb, en 2007. Taleb buscaba explicar con esta metáfora que hay sucesos que son altamente improbables, pero no imposibles (así como de improbable era que existiesen cisnes negros, cuando la ciencia solo tenía registro de los ejemplares blancos). En una entrevista en el New York Times, Taleb explicaba tres de los componentes de esta teoría:
- Es algo atípico porque está fuera del ámbito de las expectativas habituales y porque nada en el pasado puede apuntar convincentemente a su posibilidad.
2. Tiene un impacto extremo.
3. A pesar de ser atípico, la naturaleza humana trata de ofrecer explicaciones del hecho, haciéndolo explicable y predecible.
Hasta este punto, esta teoría precisa que un cisne negro puede ocurrir en cualquier momento y que pueda cambiar drásticamente el mundo de quienes no están preparados. Pero, ¿es posible predecir algo impredecible?
A través de una serie de estudios, científicos están trabajando en anticiparse a este tipo de acontecimientos. Contrario a los métodos que buscan predecir lo que pasará según la experiencia pasada, el profesor Bo Wang de la Universidad de Stanford, menciona que este método es diferente “porque asume que solo estamos viendo una parte del mundo. Extrapola un poco de lo que nos falta y ayuda enormemente en términos de predicción”.
Lo poderoso de este análisis es que según los especialistas, se puede llevar hacia otras áreas como la economía y la política; y que incluso puede trabajar con datos menos detallados y más complejos.
Si bien un cisne negro puede no ser siempre catastrófico y pueda llevarnos hacia un giro inesperado pero positivo, es necesario estar siempre atentos. Sobre todo en entornos tan cambiantes como el que vivimos. Un cisne negro puede aparecer como una crisis y frente a ellas, lo recomendable es no perder el foco y actuar con prontitud.
Fuente: BCC